Descubrir cómo el yoga puede transformar tu flexibilidad es el primer paso hacia una vida más saludable y equilibrada. Las asanas de yoga no solo mejoran el rango de movimiento, sino que también ayudan a liberar tensiones y a prevenir lesiones musculares. A través de la práctica constante, es posible notar mejoras sustanciales tanto en la flexibilidad física como en la mental, permitiéndonos afrontar los desafíos diarios con mayor serenidad y consciencia. En esta página, exploraremos posturas fundamentales que pueden convertirse en tus aliadas en el camino hacia una flexibilidad superior y una mayor conexión con tu cuerpo.

Paschimottanasana (Flexión hacia Adelante Sentada)
Esta postura trabaja de manera efectiva la flexibilidad de toda la cadena posterior, especialmente la columna y los isquiotibiales. Al ejecutar Paschimottanasana, se sientan las bases para una mayor movilidad en la espalda baja y las piernas. En lugar de buscar alcanzar los pies inmediatamente, el enfoque debe estar en mantener la espalda larga y sentir el alargamiento progresivo de cada músculo. Con el tiempo y la práctica, se consigue avanzar más en la postura, mejorando notablemente el rango de estiramiento, mientras se mantiene el confort y el respeto por las limitaciones personales.
Janu Sirsasana (Flexión con una Pierna Doblando)
Janu Sirsasana representa una excelente oportunidad para trabajar la flexibilidad unilateral, ayudando a identificar y a nivelar las diferencias entre ambos lados del cuerpo. Al flexionar una pierna y estirarse hacia adelante sobre la otra, se logra un estiramiento profundo de la parte interna de los muslos, las ingles y la espalda. Es vital, durante la postura, centrar la atención en la respiración, permitiendo que cada inspiración y exhalación ayude a relajar los músculos implicados, facilitando así una mayor apertura con cada repetición y evitando cualquier tipo de tensión innecesaria.
Baddha Konasana (Postura del Zapatero)
La postura del zapatero es ideal para quienes buscan incrementar la flexibilidad de las caderas y la parte interna de los muslos. Al juntar las plantas de los pies y dejar caer suavemente las rodillas hacia los lados, se favorece la apertura de la pelvis y se mejora la movilidad articular. Baddha Konasana, practicada con regularidad y paciencia, contribuye significativamente a preparar el cuerpo para posturas más avanzadas y para movimientos cotidianos que requieren una buena amplitud de movimiento en la zona de la cadera.

Posturas de Pie para la Flexibilidad Dinámica

Utthita Trikonasana destaca por su capacidad para alargar los costados del cuerpo, abrir las caderas y estirar los músculos de las piernas de forma simultánea. La postura invita a buscar extensión a través de la columna vertebral y los brazos, al mismo tiempo que se mantienen los pies firmemente enraizados en el suelo. Es importante cuidar la alineación, asegurando que la pelvis y el pecho se mantengan abiertos, permitiendo así un estiramiento seguro y efectivo que favorezca la flexibilidad lateral y la movilidad de la columna.

Torsiones para la Flexibilidad Espinal

La media torsión espinal es una postura completa que no solo aumenta la flexibilidad de la columna, sino que también tonifica los músculos abdominales y estimula los órganos internos. Adoptar Ardha Matsyendrasana correctamente requiere mantener la base estable mientras se gira el torso, promoviendo así la extensión axial y permitiendo que la torsión provenga de una alineación cuidada. Practicando regularmente esta postura se notan grandes mejoras tanto en la amplitud de movimiento del tronco como en la calidad de la respiración.
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